viernes, 5 de marzo de 2010

La Compasion

Esta Carta trata sobre la compasión que tenemos que tener en medio de la crisis que vive “nuestro” mundo. Aunque no somos de aquí, DIOS nos colocó aquí para ser discípulos(as) de Su Hijo, Jesucristo, y para transformar al mundo quebrantado. Fuimos sanados(as) para sanar. Por esta razón, DIOS nos llama a recordar el Servicio Arriesgado al cual DIOS nos ha llamado (porque somos la sal de la tierra y la luz del mundo.) Busquemos hacer lo mejor con lo que tenemos. Así nos ayude Dios. Amen!


Carta por la Compasión

El principio de compasión permanece en el corazón de todas las tradiciones religiosas, éticas y espirituales, y siempre nos pide tratar a los otros como nos gustaría ser tratados. La compasión nos impulsa a trabajar sin cansancio para aliviar el sufrimiento de nuestros semejantes; nos motiva a dejar de lado el egoísmo y aprender a compartir y nos pide honrar la inviolable santidad de cada ser humano, tratando a todos, sin excepción, con absoluta justicia, equidad y respecto.

Es además necesario en la vida pública y en la privada abstenerse de causar dolor de manera sistemática y categórica, actuar o hablar de manera violenta, obrar con mala intención, manejarse priorizando el interés personal, explotar o denegar los derechos básicos e incitar al odio denigrando a los otros – aunque sean enemigos - actuar de manera contraria, implica negar nuestra humanidad. Reconocemos haber fallado en vivir con compasión y sabemos que alguien ha incluso incrementado la miseria humana en nombre de la religión.

Por eso pedimos a hombres y mujeres ~ restaurar la compasión al centro de la moralidad y de la religión ~ volver al antiguo principio que afirma que cualquier interpretación de la escritura que incite a la violencia, el odio o al desprecio, es ilegítima ~ garantizar a los jóvenes una información positiva y respetuosa sobre otras tradiciones, religiones y culturas ~ estimular a una positiva apreciación de la diversidad cultural y religiosa ~ cultivar una empatía consecuente con el sufrimiento de los seres humanos, hasta con aquellos que consideramos enemigos.

En nuestro mundo polarizado hay una necesidad urgente de transformar la compasión en una fuerza clara luminosa y dinámica. Arraigada en la determinación de trascender el egoísmo, la compasión puede romper las fronteras políticas, dogmáticas, ideológicas y religiosas. Nacida de nuestra profunda interdependencia, la compasión es esencial para las relaciones humanas y para la realización de la humanidad. Es el camino hacia la claridad, indispensable para la creación de una economía justa y de una comunidad global y pacífica.

(Tomado de Charter for Compassion, 2009: http://es.charterforcompassion.org/ .)

jueves, 28 de enero de 2010

Contenido o Indice del Libro

CONSAGRACIÓN


Agradecimientos y Dedicatoria

Prólogo: Guía para Nuevos Aprendizajes: Aprendiendo a ser el Suave Aroma de Cristo para los Demás

PRIMERA PARTE: Aprendiendo en el Ámbito Personal

Capítulo Primero:Testimonio personal de cuando acepté el Suave Aroma de Cristo que derramaron sobre mí

Capítulo Segundo: Aprendiendo a Desempacar la Maleta y el Equipaje Espiritual para Aprender a ser el Suave Aroma de Cristo para los Demás

Capítulo Tercero: Aprendiendo en la Escuela de la Humildad

Capítulo Cuarto: Aprendiendo de Los Caminantes a Emaús

Capítulo Quinto: Aprendiendo a Amar a los Demás: El Aprendizaje Cristiano Encarnado

Capítulo Sexto: Aprendiendo a ser luz: Iluminados(as) para Iluminar

Capítulo Séptimo: Aprendiendo a Apoyar

Capítulo Octavo: Aprendiendo a Escuchar la Voz de Dios

Capítulo Noveno: Aprendiendo a amar lo que hemos recibido: las 12 T’s

Capítulo Décimo: Aprendiendo a Beneficiar a los Demás

Capítulo Décimo Primero: Aprendiendo a ser el Suave Aroma de Cristo para los Demás

Capítulo Décimo Segundo: Aprendiendo a Servir

Capítulo Décimo Tercero: Aprendiendo a recibir la bendición

SEGUNDA PARTE Aprendiendo en el Ámbito de la Comunidad de Fe

Capítulo Décimo Cuarto: Aprendiendo a ser verdaderos(as) siervos(as) del Señor

Capítulo Décimo Quinto: Aprendiendo al estilo de Jesús

Capítulo Décimo Sexto: Aprendiendo a cuidar lo que Dios nos ha dado
Capítulo Décimo Séptimo: Aprendiendo a ser una Iglesia Sanadora

Capítulo Décimo Octavo: Aprendiendo a ser una Congregación Acogedora

Capítulo Décimo Noveno: Aprendiendo a formar el Equipo de Cristo

Capítulo Vigésimo: Aprendiendo a propiciar la unidad en el Cuerpo de Cristo

Capítulo Vigésimo Primero: Aprendiendo a Servir: Un Llamado Teológico
Apéndices

Apéndice : Testimonio de Junior González

Apéndice : PACTO DE CONSAGRACIÓN

Apéndice : La Familia de DIOS

Apéndice : Consejos sobre la Reverencia a Dios

Breve Biografía del Autor

viernes, 15 de enero de 2010

Ya esta listo el libro!


Aprendiendo con Jesus

Ministerio Cristiano que promueve el Aprendizaje Transformador. Nuestra meta es que Aprendamos como Jesús nos Enseñó. Aqui se ofrecerán unas guías para nuevos aprendizajes que nos ayuden a servir al Señor.

jueves, 14 de enero de 2010

Ya esta listo el libro!

Gracias a Dios, hoy 14 de enero de 2010 recibi las primeras 10 copias del libro: Aprendiendo con Jesus. Proximamente estaran todas las copias disponibles para ser distribuidas. Gloria a Dios!

Dr. Juan G. Feliciano
aprendiendoconjesus@gmail.com

sábado, 17 de octubre de 2009

¿Cómo afecta el bagaje cultural a nuestra acción cristiana?

Quiero compartirles una historia personal que considero ayuda a explicar nuestra falta de efectividad al momento de plantear cambios en los modelos, los paradigmas, de las estructuras organizativas de la Iglesia. Les confieso que puedo estar terriblemente equivocado. Les confieso que no tengo ningún interés personal, ni de lograr “fama” o prestigio, ni, mucho menos, menoscabar la fama o prestigio de ninguna persona nacida o por nacer.

Por largos años fui estudiante del devenir histórico de Puerto Rico. En mi interés por conocer los antepasados, la existencia heredada, las condiciones presentes y las posibilidades futuras, dediqué largas horas, días, años y esfuerzos al estudio de la historia de Puerto Rico. Una de las áreas de mayor interés fue entender por qué existía tanta disparidad, diferencia, entre el proceso de desarrollo social de Puerto Rico (y, en esencia, de toda América Latina) con respecto al desarrollo social del Norte América.

En el proceso de estudiar este fenómeno, que se ha utilizado para deshonrar y humillar nuestra nacionalidad, descubrí que existe una teoría que ayuda, en parte, a explicarlo. Es la teoría de Stanley & Stanley, dos historiadores británicos que se dieron a la tarea de encontrar explicaciones al mismo problema.

Según esta teoría, la disparidad se debe, en parte, a “la herencia colonial.” Mientras Norteamérica fue colonizada por la Gran Bretaña, cuna de la revolución industrial y el desarrollo del capitalismo; Suramérica (a excepción de Brasil), fue colonizada por el imperio decadente, retrogrado, de la monarquía moribunda de los Reinos de Castilla y Aragón (a los cuales les tomaría otros dos siglos en advenir al Renacimiento y llamarse finalmente “España”.)
Este imperio decadente mantuvo a sus colonias en ultramar por cuatros siglos (en el caso de Cuba y Puerto Rico) con el único sistema administrativo posible: “la centralización.” España tenía que mantener control de todo lo que entraba y salía de sus colonias. Para lograrlo, desarrolló un sistema que dependía de la confianza en la persona, el individuo, que se colocaba a cargo del gobierno y sus instituciones. Algunos de estos cargos fueron vendidos y algunos eran “de por vida” (vitalicios). Algunos cargos eran hereditarios, se podían pasar de padres a hijos. De esta manera se mantenía un control extraordinario.

Otra manera de mantener este tipo de control lo fue la creación del sistema de sellos notariales y sellos de rentas internas. Todavía hoy se practica que, para darle oficialidad a un documento o transacción, haya que “comprar” un sello. Un resultado evidente de este sistema de gobierno y de administración “a ultramar” fue la “personificación” del oficio público y el control.
La herencia colonial española nos legó una impresión equivocada de lo que significa “el cargo público.” Realizar una buena labor en la gestión pública representaba un logro personal, es decir, de “la persona.” De ahí que toda persona que se involucra en un cargo público, piense que lo importante es “quedar bien”. Es decir, “es cuestión de imagen.” Si la gestión resulta insuficiente o mediocre, la persona “el líder” queda desprestigiado y desprovisto de ninguna oportunidad de aprender a hacerlo mejor.

Algo similar ocurre con las instituciones no-gubernamentales, no-públicas. Hemos copiado el sistema público para exaltar al ser humano y no la gestión “pública” (que de por sí implica a un grupo de personas.) Al centralizar la atención en “el individuo”, la persona, hemos perdido la oportunidad de replicar los estilos que pudieron haber dado resultado, por aquello del “qué dirán”; de que “lo hizo igual que fulano.”

Vivimos en un sistema de valores que se ha colocado al revés del Reino de DIOS. Cuando se supone que sirvamos, exigimos beneplácito y fama, reconocimiento y reverencia. Cuando se supone que formemos un “Equipo de Cristo” para dar testimonio de que ÉL nos invita a regresar a la casa, al hogar paternal; nos comportamos como “hermanos mayores.” Cuando se espera que allanemos, enderecemos, preparemos el Camino para que todos y todas se puedan encontrar con el Padre regresando a casa, nos comportamos como capataces y “alter-egos,” “jefecitos,” como “dueños de la casa.”

Debemos aprender del Siervo Sufriente, Cristo. Su efectividad no dependió de quiénes dirigían, de quiénes trabajaban como líderes religiosos, sino de servir. Su efectividad recae, todavía hoy, en el hecho de que EL quiere que todos y todas sus discípulos seamos del “Equipo de Cristo” y lo que desea es que los demás experimenten lo que nosotros y nosotras hemos experimentado. Para eso vino Jesús, para mostrarnos, con su ejemplo de SERVICIO, El Camino de regreso a la Casa de Papá. Sublime Gracia que me alcanzó...en el Camino...

Nadie se llame a engaño: si queremos crecer en el Reino de DIOS tenemos que servir, servir, servir. Recuerde: “hay personas que no viven para servir y, por lo tanto, no sirven ni para vivir.” “El que sirve, sirve y el que no, no sirve.” Si Jesús mismo dice que no vino para ser servido, sino para servir, ¿Cómo pues pretendemos nosotros convertir a los demás y hasta a DIOS mismo en siervos nuestros? Es al revés: tenemos que servir a los demás, y haciendo esto, servimos a DIOS. ¿Amén? ¡Amén!

Pastor Juan G. Feliciano-Valera

viernes, 2 de octubre de 2009

Con la Música por dentro

Pablo alentó a los efesios: «Sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones» (Efesios 5:18-19). Los cantos que glorifican a Dios pueden alcanzar el nivel más profundo donde el significado jamás se desvanece. Más que palabras, armonía o pensamiento consciente, la música es buena para el corazón y el alma. (Tomado de Nuestro Pan Diario)